A pesar de que es una figura de las más importantes en reproducción asistida para muchas personas sus funciones les resultan completamente desconocidas. Hablamos del “embriólogo”, un personaje fundamental en las clínicas de reproducción asistida por sus importantes labores para lograr un embarazo viable.
¿Para qué sirve el embriólogo en los tratamientos de fertilidad?
El embriólogo es el profesional que se encarga de cuidar y velar los embriones logrados en cualquier técnica de reproducción asistida. Por lo general, se trata de un microbiólogo o biólogo con algún tipo de formación o master especializado en reproducción asistida, genética, biotecnología, cultivos celulares, etc. Además, debe conocer a la perfección los límites y la legislación vigente sobre Reproducción asistida en su país de trabajo, ya que este campo avanza continuamente en sus procedimientos y tratamientos, así como en sus leyes.
Por tanto, ha de estar en continua “formación” para conocer todos los avances de los que dispone y cuáles sí puede usar.
La función del embriólogo en los tratamientos de fertilidad comienza casi al mismo tiempo que se inicia un ciclo de Fecundación in Vitro (FIV). Desde el momento en el que se produce la punción ovárica, hasta la transferencia al útero materno de los embriones conseguidos, el embriólogo es una de las personas implicadas.
Al realizar una punción en el ovario con la intención de conseguir que la mujer sea madre se buscan los ovocitos en el líquido folicular que se extrae, y esa es ya una de sus misiones. Posteriormente, estos ovocitos se “reservan” en un medio de cultivo seguro a la espera de que se “estabilicen” y se pueda empezar a trabajar con ellos. Este proceso dura varias horas, en las que hay que observarlos. Al mismo tiempo, se encargan de preparar adecuadamente el semen para la inseminación y de la inyección de dicho semen.
En cuanto a los embriones, son los responsables de su cultivo, su observación, de proporcionarles los medios adecuados para su desarrollo… El embriólogo se encarga de mantener el laboratorio en las condiciones más óptimas para dichos embriones, atendiendo a cuestiones como la temperatura, el grado de humedad e incluso la calidad del aire. Para ello utiliza una serie de aparatos medidores que puede ir regulando según sus necesidades.
Esta figura del equipo de especialistas en fertilidad cumple con un trabajo difícil en el que hay que cuidar múltiples detalles y donde las condiciones laborales son bastante estrictas. La luz ha de ser tan tenue que continuamente han de forzar la vista, ya que cualquier alteración luminosa puede alterar a los embriones en cultivo. Los materiales con los que se trabaja son de alta precisión, hay que mantenerlos completamente aséptico, cuidarlos, utilizarlos con mucho cuidado y estar pendiente siempre de sus fechas de caducidad e instrucciones.
Tampoco pueden utilizar perfumes ni otro tipo de cosméticos en su área de trabajo, ya que es imprescindible un balance químico en el ambiente muy controlado.
Por supuesto, no pueden comer ni beber nada en estos laboratorios ni mucho menos acceder a ellos si tienen algún síntoma de enfermedad o sospecha de que se padezca, por leve que ésta sea. Un simple estornudo puede contaminar el ambiente con numerosas bacterias que podrían tener un efecto fatal en los cultivos.
Por último, en la función del embriólogo en la reproducción asistida se centra también en el cuidado de los embriones, ellos seleccionarán los más adecuados para ser transferidos al útero. Aquellos que se desarrollarán correctamente y darán lugar a un bebé. Son, por tanto, los primeros que “miman” a nuestros pequeños en la fase más inicial de su desarrollo, cuando aún responden a la fusión de los gametos masculino y femenino, a la unión de un espermatozoide con un óvulo.
Una figura importantísima que merece reconocimiento.